Adviento, donde comienza el año litúrgico (tiempo de preparación de la Navidad). Son los cuatro domingos previos a Navidad. En la liturgia los tiempos se expresan con colores distintos: en el Adviento es el morado.
Navidad, que va desde el 25 de diciembre al 6 de enero, fiesta de la Epifanía del Señor. Su color es el blanco.
Cuaresma (tiempo de preparación de la Semana Santa, que comienza el miércoles de ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo). Su color es morado.
Pascua comienza con el Triduo Pascual (al atardecer del Jueves Santo hasta el Domingo de Pascua) comprendido por los cincuenta días entre el domingo de Pascua de Resurrección y termina el domingo de Pentecostés. Su color es el blanco.
El Tiempo Ordinario es un tiempo distribuido a lo largo de treinta y tres ó treinta y cuatro semanas, no seguidas. Su color es el verde. Se divide como en dos “tandas”. Una primera, después de la Epifanía y el bautismo del Señor hasta el comienzo de la Cuaresma. Y la segunda, después de Pentecostés hasta el Adviento.
Que está al servicio de la liturgia. A través de documentos se ha determinado que el verdadero canto litúrgico es aquel que está al servicio de la letra, de lo que se dice. Tiene que estar al servicio del misterio que se celebra (la Eucaristía) y al servicio de los distintos ritos y gestos que se realizan dentro de la liturgia.
Hay cantos que hacen al rito, por ejemplo: el salmo, el aleluya, el gloria, el santo (junto con los ángeles y los santos te cantamos …). Forman parte del mismo. Los cantos funcionales (en función de un momento de la misa: cantos de entrada, ofertorio, comunión, canto final, etc) acompañan el momento.
Quiere decir “acción de gracias”. Es la ceremonia en la que se celebra el sacramento de la Eucaristía y se hace el memorial de la muerte y la resurrección de Jesús.
Es una forma musical y litúrgica propia de todas las tradiciones litúrgicas cristianas. Consiste en una melodía generalmente corta y sencilla, de estilo silábico, utilizada como estribillo que se canta antes y después de los versículos de un cántico, himno o salmo.
Servir a la liturgia, esto es, servir a la presencia de Jesús en dos lugares: en el pueblo y en el altar.
La misa de la Vigilia Pascual. Es la celebración más larga, que incluye cuatro liturgias en una. Se la llama “la madre de la liturgia”. Recoge toda la tradición y la riqueza de la expresión del pueblo, humilde y soberana. Está la liturgia del fuego, de la luz, los salmos de la liturgia de la Palabra, la liturgia del Bautismo y luego la liturgia de la Eucaristía.
Cualquiera que induzca a “adorar”. Arreglos musicales y letras adecuadas que puedan ayudar a entrar en clima de oración y adoración.
El lunes siguiente de la fiesta de Cristo Rey y culmina en la noche del 24 de diciembre.
El miércoles de ceniza y culmina el jueves Santo.
Son cantos muy específicos de cada día. En los misales hay sugerencias y partituras adecuadas. Tradicionalmente ha sido una gran riqueza de la Iglesia las obras de los diversos compositores específicas para la Semana Santa.
Es el acompañamiento musical que está al servicio de la comunidad y del misterio que se celebra.
Todo aquel que ejerce este servicio es parte del ministerio. El programa evangelizador en la arquidiócesis de Montevideo cuenta con un equipo de colaboradores encargados de diferentes tareas.
Enviando un mail a minmusicm@gmail.com
El Gloria es el himno que evoca el canto de los ángeles en la Navidad, por eso se reserva para la fiesta de Navidad. El Adviento es un tiempo de preparación, y el canto del Gloria lo “guardamos” como un regalo para la Navidad.
Primero debemos entender qué significa cada tiempo litúrgico, para poder elegir los cantos más adecuados de acuerdo con su música y su letra. Entender y vivir cada tiempo de forma tal que nuestro canto exprese esa vivencia de fe y así podamos dar testimonio de ella.
Características de los cantos de Adviento: es un tiempo de serena alegría, de esperanza, de preparación, de vigilancia, de estar atentos a la llegada del Señor. Tiempo de espera calma y paciente. No se canta el Gloria, el cual nos lo reservamos para la Navidad.
Cantos de Navidad: Se acentúa lo humano de Jesús, Dios se hace hombre. El canto típico de la Misa de medianoche es el Gloria. Durante todo este Tiempo, los villancicos adquieren protagonismo convirtiéndose en uno de los cantos más populares y emblemáticos de estas fiestas.
Características de los cantos de Cuaresma: es un tiempo de escucha de la Palabra de Dios y de conversión, de preparación y de memoria del Bautismo, de reconciliación con Dios y con los hermanos. Tiempo de oración, ayuno y limosna. No se canta ni el Gloria ni el Aleluya. La instrumentación debe ser austera, con el solo fin de acompañar el canto. Los cantos no deben ir únicamente en la dirección penitencial. Hay otras dimensiones a resaltar: la catecumenal, la bautismal, el camino hacia la Pascua por la Cruz, la Luz, la Alianza, etc.
Cantos de Pascua: volvemos a cantar el Gloria y el Aleluya, que debe ser especialmente festivo. Los cantos deben proclamar la presencia viva de nuestro Señor, ser cantos de alabanza del Señor Resucitado, hablar del hombre nuevo. La instrumentación debe apoyar el carácter festivo de este tiempo. Se recomiendan tonos mayores.
Cantos de Tiempo Ordinario (durante el año): como su mismo nombre indica, no tiene relieve o matices especiales. No se celebran grandes acontecimientos sino la cotidianidad de alimentarse con la Palabra y con el Cuerpo de Cristo. Deben ir orientados a acompañar la Palabra, el evangelio de cada domingo.
RITOS INICIALES: Procesión de entrada (Canto de entrada), Saludo Inicial, Rito Penitencial (Kirie – Señor Ten Piedad, Cristo Ten Piedad), Gloria (canto del Gloria), Oración Colecta.
LITURGIA DE LA PALABRA: Lecturas y Salmo (antífona del salmo), Aleluya, Evangelio, Homilía, Credo, Oración de los Fieles (Respuesta).
LITURGIA DE LA EUCARISTIA: Procesión de ofrendas, Ofertorio (canto de ofertorio), Santo (canto del Santo), Consagración, Aclamación, Intercesiones, Doxología, Padrenuestro, (Cordero – cuando el sacerdote toma y parte el pan- NO ANTES), Comunión (canto de Comunión), Meditación (canto de Meditación).
RITOS DE DESPEDIDA: Bendición, Despedida y envío (canto de Despedida)
Sí, el marco normativo así lo indica, porque son Palabra de Dios y el lugar de la Palabra de Dios es el ambón.
Sí, es posible. Idealmente si hay salmista debería cantarse todo el salmo. En ese caso la antífona la canta toda la asamblea y la estrofa el salmista. De no haber un salmista se canta solo la antífona.
No. En Cuaresma no se canta. Se reserva para el gran Aleluya de la Resurrección. Durante el resto del año sí se canta.
No. El canto de entrada por ejemplo debe cantarse hasta que quien preside la celebración se para en la sede (con sentido musical: si se está en una estrofa se termina. Lo mismo con el estribillo. Pero no se sigue cantando la estrofa siguiente). Si hay incienso se continúa con música instrumental.
El Gloria sí se canta entero. El Aleluya puede hacerse solo el estribillo. En el ofertorio mientras se prepara el altar puede haber música instrumental, del mismo modo si hay procesión de ofrendas. El canto del ofertorio comienza cuando el celebrante se acerca al altar para ofrecer el pan y el vino. El santo se canta entero, lo mismo que el cordero. Durante la comunión se canta hasta que comulguen todos. La meditación si la hay debe ser corta y que acompañe ese momento. Depende de los criterios de cada comunidad y de lo que se haya celebrado. El canto de despedida puede hacerse entero o parcial, según el caso.
No. Se reserva toda la atención de la asamblea para que se concentre en el misterio de nuestra fe, por lo tanto, eso pide un silencio profundo.
En cualquier momento que haya un impasse: cuando se prepara el altar, cuando hay incienso o si hay algún inconveniente y queda un momento en silencio.
Idealmente se deben cantar las aclamaciones (Gloria si lo hay, Aleluya, el santo, la doxología y el cordero de Dios) además del canto de entrada y el de la comunión.
El documento MÚSICA SACRA ha rescatado el órgano como el instrumento adecuado para acompañar las celebraciones, pero está permitido cualquier instrumento musical siempre y cuando acompañe el sentido del canto y el momento en el que se está.
Eso ha cambiado con el tiempo. Quienes cantan y tocan participan plenamente de la Eucaristía, entonces tienen que estar en un lugar en donde esto sea posible. Se sugiere un lugar visible (para poder seguir a la asamblea – y si hay un director de coros que pueda dirigir a la comunidad -). Normalmente se sugiere al costado del presbiterio.
Depende. Para el canto del ofertorio a veces se utilizan arreglos corales que colaboran con el sentido de ese momento. No es aconsejable arreglos corales elaborados para el canto de entrada, ni para el santo ni para la comunión, cantos en donde toda la comunidad participa. El criterio que debe primar es aquel que favorezca la participación de toda la asamblea. Las tonalidades también deben estar en función de los integrantes de la comunidad: evitar tonos muy agudos o muy graves, que solo se adecúan a quien los canta y no a la asamblea.
Esto se ha hecho muchas veces, pero no es correcto. La música debe estar en función de la letra. No todo canto sirve para favorecer la experiencia religiosa ni para expresar la fe común. Por otra parte, a veces no se distingue entre la música para cantar la fe en la Liturgia y la música para cantar la Fe en otro lado. Se aconseja que la música haya sido compuesta específica y originalmente para cantar, proclamar y anunciar nuestra fe, la fe de la iglesia.
Se sugiere que durante la Cuaresma el canto sea preferentemente a capella o sino acompañado discretamente por un laúd, guitarra u órgano, conservando un carácter austero.
Se trata de una celebración que resalta especialmente el motivo particular que se festeja (solemnidades). Se canta el gloria, se reza el credo, y normalmente las respuestas se hacen cantadas. La música típica de las misas solemnes era el canto gregoriano. Sin embargo, una amplia variedad de música se ha compuesto a lo largo de los siglos y se puede interpretar. También hay música escrita específicamente para las diversas fiestas del año litúrgico.
El domingo, en las fiestas y en las solemnidades.
Los días entre semana hay una sola lectura. El domingo, en las fiestas y en las solemnidades se hacen dos lecturas.
Esto depende del contexto, el lugar y la idiosincrasia del país. En todo caso lo que debe primar es el acompañamiento a la palabra y la participación de toda la comunidad, cuidando los arreglos musicales para que estén orientados a este fin específico.
El sacerdote como participante de la asamblea tiene que poder cantar todos los cantos, excepto las respuestas y en los momentos en los que está haciendo una oración (como por ejemplo en el cordero). Debe participar del canto de entrada, del santo, etc.
Todo es importante. La palabra de Dios es importante, la consagración es importante, pero todo se sintetiza en “ Por Cristo, con El y en El, a ti, Dios Padre omipotente…”
Sí, cuidando que estén de acuerdo con la palabra, con las lecturas, con el evangelio del día.
Sí, es posible mientras la asamblea pueda seguirla.
Esta web posee una biblioteca de cantos ordenados por momentos de la misa, categorías y tiempos litúrgicos. A su vez hay un buscador que permite encontrar un canto siguiendo diversos criterios: nombre de la canción, por una palabra o frase de la letra, por la primera estrofa, etc. De cada canción encontrarás su versión con letra y acordes (con la posibilidad de cambio de tono) y si los hay, letra en pdf, video, audio descargable (mp3).
Esta web ofrece una explicación de los momentos de la misa con un detalle de los cantos que van en cada uno. Se puede buscar también cantos por momento de la misa, o yendo directamente a las etiquetas de cada momento.
Si….. podés escribirnos o sugerir cambios de canciones que serán evaluadas para la siguiente actualización.